Descubriendo a… Los hermanos Ymer

Corría el año 1977 cuando un joven rubio de apenas 22 años ponía a Suecia en el foco de atención, tras ocupar el puesto número uno del ranking mundial y romper, de esta forma, la hegemonía del tenis americano y australiano. Una supremacía que había provocado que en más de cuatro décadas solo hubiese habido dos números uno europeos: el británico Fred Perry, que lo fue en los años 34,35,36 y 37 y el rumano Ilie Nastase, que llegó a lo más alto en 1973.

El protagonista era Björn Borg, el hombre de hielo. Con él empezaba un período de grandes éxitos para el país escandinavo, que durante los años siguientes daría al tenis dos números uno más: Mats Wilander y Stefan Edberg, además de grandes tenistas como Mikael Pernfors, Joakym Nystrom, Anders Jarryd, Kent Carlssen, Jonas Bjorkman, Magnus Norman o Thomas Enqvist. Con todos ellos, Suecia incluso llegaría a ganar seis Davis en apenas quince años (1984, 1985, 1987, 1994, 1997 y 1998).

Pero el panorama cambió con la llegada del nuevo milenio ya que solamente Thomas Johansson, que se alzó con el título de ganador del Open de Australia en 2002 o Robin Söderling, conocido por acabar con el reinado de Rafa Nadal en la tierra parisina en el año 2009, serían capaces de hacer sombra a sus compatriotas. En la actualidad, el jugador mejor clasificado que tiene el país es Elias Ymer, un muchacho lejos del prototipo de sueco rubio y espigado que se encuentra ubicado en el puesto número 152 de la tabla. Él y su hermano Mikael son el clavo ardiendo al que se agarra Suecia con la esperanza de volver a reinar en el mundo de la raqueta.

La historia de los Ymer empieza muy lejos de Suecia, concretamente a seis mil kilómetros, en Etiopía, donde nació Wondwosen Ymer, padre de Elias y Mikael. En un país con inmensa tradición atleta en el que los 10.000 metros son la disciplina que más se practica, Wondwosen estaba entre los mejores corredores del país precisamente en esa especialidad, pero no pudo desarrollar su carrera por la Guerra Civil que sacudía a la nación. Huyendo del conflicto, Wondwosen y su esposa Keleme se trasladaron a Suecia, concretamente a Skara, una de las ciudades más antiguas del estado, famosa por su catedral y situada a 100 km de Gotemburgo. Allí, el progenitor de los Ymer, empezó a trabajar en una fábrica de quesos mientras desde la lejanía era testigo, allá por el año 91, del fin de la lucha de hermanos que vivía su país natal.

En la primavera del año 96 la familia se ampliaba, nacía el primero de los hermanos Ymer, Elias. A pesar de que Wondwosen quería como buen maratoniano que sus hijos fueran atletas, no lo consiguió, y es el mayor de los Ymer quien empezó a mostrar interés por la raqueta con solo 4 años de edad. Papá Ymer lo único que sabía de tenis era que Michael Chang era un auténtico velocista en sus desplazamientos pero a partir de ese momento ese deporte sería fundamental en su vida debido a la pasión que tanto Elias como Mikael, nacido dos años más tarde, tenían por él. Los hermanos dieron sus primeros pasos en las pistas de tenis en el Skara Tennis Club de su ciudad natal. Allí se iniciaron en los campeonatos locales y viajaron por todo el país jugando torneos. Los comienzos no fueron nada fáciles ya que debido al poco presupuesto de la familia viajaban por Suecia en un coche viejo y tenían que dormir en el mismo ante la dificultad de hospedarse en hoteles.

No obstante a pesar de que los Ymer no estaban rodeados de las mejores condiciones para competir, los resultados empezaron a llegar y fruto de ello, los entrenadores que preparaban a Elias y Mikael para el futuro, pensaron que había que dar un paso más yendo a Estocolmo con el objetivo de entrenar más duro y mejorar. Ya en la capital sueca, ambos seguían sin tener suficiente liquidez económica como para poder permitirse un hogar y por lo tanto vivían en el club donde entrenaban. Allí, los suecos entrenarían con Mikael Tillstrom, Nicklas Kulti y Magnus Norman. Nadie mejor que ellos, con Magnus Norman (exnúmero 2 del mundo y dos veces campeón de la Davis) a la cabeza podría sacar el máximo rendimiento a unos chicos llamados a volver a situar a Suecia dentro del radar del éxito en el tenis.

Elias llegó a ser el número 5 del mundo juvenil en 2013 y poco a poco iba consagrándose en el circuito profesional. Con apenas 16 años ganó su primer punto ATP tras derrotar al español Enrique López. Ese mismo año, en julio, sorprendió a todo el mundo en Bastad al ser capaz de ganar un set a Grigor Dimitrov.

En octubre, llegaría su debut en Copa Davis y tendría que esperar hasta abril de 2014 para ganar el primero de sus cinco títulos futures. Bastad volvería a ser tierra santa un año más para el mayor de los Ymer ya que allí, en 2014 ganó su primer partido ATP derrotando al kazajo Mikhail Kukushkin en dos sets ante la perplejidad de los espectadores, que asistían atónitos al show de Elias.

Todo iba rodado, Elias en su primera temporada completa como profesional había pasado de estar 768 del mundo a meterse dentro de los 250 mejores tenistas del planeta.

En 2015 Elias tomó la decisión de irse a Barcelona para entrenar con Galo Blanco. El efecto del español, que entrenó entre otros a Milos Raonic, iba notándose y el sueco lograría jugar su primer Grand Slam, al pasar en el Open de Australia una previa realmente complicada en la que tuvo que ganar a Benoit Paire, Jan Mertl y Hyeon Chung. Ese mismo año, Elias lograría su primer título Challenger al proclamarse vencedor del Challenger de Caltanisetta, en Italia. Además, precisamente en Barcelona, conseguiría ganar en un partido muy recordado a Nick Kyrgios en el Conde de Godó en el que hasta este momento ha sido su mejor torneo ATP, al llegar a tercera ronda. En septiembre alcanzó su mejor ranking, el puesto número 127 de la clasificación mundial. Hace poco dejó de entrenar con Galo Blanco y ahora el capitán del equipo de Copa Davis, Fredrik Rosengren es el encargado de prepararle para el asalto al Top 100.

Mikael por su parte ha sido mejor júnior que su hermano Elias, ya que exactamente ha estado dos puestos más arriba, en tercer lugar. Parece bastante obvio que el segundo de los hermanos Ymer, como juvenil, ha hecho más que su hermano y es que a diferencia de Elias, que no hizo grandes cosas en los Grand Slam Jr, él llegó en julio a la final de Wimbledon Junior con la mala fortuna de caer derrotado ante los bombardeos del gigantón estadounidense Reilly Opelka. No obstante, ese mismo mes pudo redimirse de la derrota en la hierba londinense y se proclamó campeón de Europa en Klosters (Suiza) al vencer en la final al español Bernabé Zapata.

Como profesional, logró su primer punto ATP en mayo de 2014 con tan solo 16 años de edad. Un año más tarde estrenó su palmarés jugando entre los más mayores al resultar ganador del ITF de Bastad, derrotando en la final al también sueco Dragos Madaras. Y si mayo es un mes clave en la carrera de Mikael, sin duda octubre también lo es. El día 19 jugaba primera ronda del ATP de Estocolmo aprovechando una WC de la organización. Su rival, Alexander Zverev, uno de los jugadores que más está progresando en los últimos tiempos. Ymer no iba a decepcionar en su carta de presentación y cerca estuvo de derrotar al alemán.  Más tarde, también en octubre pero el día 30, Mikael debutaba en Copa Davis derrotando al danés Frederik Nielsen. Actualmente se encuentra recuperándose de una lesión en la pelvis, ubicado en el puesto número 584 de la clasificación mundial.

Su progreso sigue en ascenso. El hito en la historia todavía queda lejos por marcar, solo que en su país ya saben que pueden aferrarse a dos hermanos que sueñan con ser los nuevos Mats Wilander y Stefan Edberg de su país. Un apellido, dos tenistas, un objetivo: devolver a Suecia a la cúspide del tenis mundial.