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La lámpara del ilusionista Omar Abdulrahman

«Parece David Luiz, pero juega como David Silva». Así definió uno de los periodistas encargados de comentar la pasada Copa de Asia a Omar Abdulrahman, un auténtico 10 como los de antaño, liviano y de futbolístico look vintage que enamora en el fútbol árabe y que casi sin quererlo, ya se ha convertido en el mejor crack desconocido del mundo.

Nacido en Riad (20 de septiembre de 1991), capital de Arabia Saudí, en el seno de una emigrante familia yemení, Amoory, nombre por el que también se le conoce, pronto comenzó a destacar con un balón en los pies por las calles de su ciudad. Allí lo descubrió el cazatalentos Abdulrahman Eissa, que le ofreció unas pruebas en el Al Hilal. Las pasó y el club creciente quiso ficharlo, pero su padre rechazó la oferta porque en ella solo se le otorgaba la nacionalidad a Omar.

Lo que parecía un paso atrás resultó ser una gran zancada hacia el futuro. No firmar por el Al Hilal no acabó siendo algo negativo. Pronto llegaría una llamada que cambiaría la vida de toda su familia y que permitiría a este dar su primer gran salto en su carrera futbolística. Eissa, sabedor del potencial del joven saudí, contactó con un miembro honorario del Al-Ain y de su mano nació la oferta que sí satisfazo a sus progenitores: nacionalidad emiratí para toda la familia y el fichaje no solo de Omar, sino que también de dos de sus hermanos. La propuesta era irrechazable y la respuesta fue irrevocable.

Foto: AHMAD GHARABLI/AFP/Getty Images)

Foto: AHMAD GHARABLI (AFP/Getty Images)

Con el paso de los años – llegó con 15 al Al-Ain y debutó con el primer equipo cuando tenía 18 – fue adquiriendo madurez aunque su verdadero punto de inflexión llegó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde sus grandes actuaciones con EAU le valieron una prueba con el Manchester City. En el club citizen quedaron encantados con sus actuaciones aunque su pase se acabó frustrando por la dificultad que tuvo para obtener un permiso de trabajo en suelo británico.

Dortmund, Arsenal y Barcelona también se interesaron por él, pero el único que realizó una propuesta en firme fue el Benfica, oferta que fue rechazada sorprendentemente por Omar, que se negó a dar el salto al futbol europeo en pos de continuar en Al Ain, donde permanece en la actualidad, lejos de los focos mediáticos del mundo, sirviendo asistencias al holandés Ryan Babel y al nigeriano Emenike.

Fútbol de calle

La mejor cartera de presentación que podemos enseñar a aquellos que nunca han visto jugar a Omar es que se trata de un jugador que puede jugar como volante en cualquier banda o como mediapunta. Es un futbolista que etiene una necesidad imperiosa de moverse, de estar en contacto con el balón; tiene una gran visión para servir pases y encontrar portería por sí mismo; es solvente en defensa cuando juega por banda y deja detalles técnicos propios de un futbolista de gran calidad. Su guante en la zurda, sus asistencias mágicas, sus gambetas y su excelso trato de balón obligan a pagar una entrada, simplemente, para ver el espectáculo que ofrece el que fuera designado por la FIFA en 2013 como una de las grandes estrellas asiáticas del futuro. Ni siquiera la doble rotura de ligamentos que sufrió hace unos años ha frenado su progresión.

Foto: EAU

Foto: EAU

Su pierna izquierda destila una fragancia tan embriagadora que resulta imposible hablar de la Copa de Asia 2015 sin citar su nombre con letras mayúsculas. La estética y pulcritud de sus controles, sus pases medidos y geniales asistencias, el modo en que pisa el balón, lo esconde o se lo lleva rodeado de rivales a los que elude con regates imposibles le han valido en su tierra de acogida el apelativo de Zidane emiratí. Y no andan muy descaminados ya que, salvando las distancias, tiene un deje en su forma de concebir el juego bastante similar al que tenía el crack francés.

Quizás sea la forma de acariciar la pelota, o quizás sea esa capacidad para hacer mejor a todo aquel compañero que se encuentro cerca (y no tan cerca). Por cualquiera de estas cosas, podemos decir que un partido que dispute Omar Abdulrahman es diferente. Su inclusión en un once supone una invitación, un billete a ver buen fútbol, a deleitarse con detalles de exquisitez. Una vez se ha iniciado el partido, es inevitable no fijarse en este menudo jugador. Tú observas y él se encarga del resto. Su fútbol hipnotiza. Controles, filigranas, pases y un gran repertorio que han convertido a este hombre en el nuevo ídolo de la afición emiratí. Sacarlo de su tierra será complicado, pues tiene a sus hermanos jugando con él y, siendo pragmáticos, un contrato que solo un equipo de primer nivel podría mejorar. Por su bien y por nuestro, Omar, este es tu momento: Europa te espera.

Acerca de Vicente Tafaner (16 Artículos)
Periodista. Estrené mi primer lápiz en Ahora Valencia. Le saqué punta en Tribuna Reservada. Utilicé mi primer bolígrafo en Levante-EMV y ahora pongo el recambio de tinta en el Valencia CF. Tengo una foto con Aimar, aunque eso no significa que sepa jugar al fútbol como él.

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